domingo, 7 de diciembre de 2008

Cómo potencializar la lectura en la escuela y en el salón de clases

Los niños en edad preescolar no leen y escriben de manera convencional, como suele hacerlo un adulto, ya que ellos leen y escriben a su modo.
Es importante acerca a los niños a lectura, para lo cual es preciso que se les ofrezca múltiples ocasiones para que interactúen con los portadores de textos; ya que los niños tienen la necesidad de encontrar oportunidades que les permitan interpretar, reflexionar, analizar y contrastar.
En la actualidad podemos encontrar a niños que se encuentran viviendo en un medio familiar y social en donde las personas que los rodean son lectores; a lo cual se le llama ambiente alfabetizador, porque probablemente en este medio los niños pueden encontrar una gran variedad de textos.
Así mismo podemos observar que hay niños que no viven en estas condiciones, (el estar rodeado de un ambiente alfabetizador), pero probablemente estas oportunidades les sean brindadas en la escuela. Por ello es importante que el maestro comparta con sus alumnos sus actos lectores, de tal manera que los niños puedan tener por lo menos una estrecha relación con una persona que lee y escribe.
La enseñanza de la lectura no nada más debe estar encaminada a reconocer algunas letras y palabras, sino al desarrollo de la capacidad de entender y sentir el texto. La lectura aumenta la capacidad de aprendizaje, así mimo favorece el desarrollo del lenguaje, la memoria, el raciocinio, la concentración y la sensibilidad.
En la escuela se pueden formar buenos lectores solo si los niños aprenden a leer por su propia voluntad y gusto. Los maestros deben ser buenos lectores, que estén interesados en transmitir el gusto por la lectura y destinar tiempo y espacios para esta actividad; particularmente los maestros destinan espacios que son utilizados como rincones y talleres de lectura.
Por otra parte si la educadora pretende que los niños se sientan atraídos por la lectura, es preciso que realice lecturas de libros que sean interesantes y agradables, si un la lectura de un libro resulta aburrido es probable que los niños se fastidien y ya no quieran leer.

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